Dije, digo
”Por qué
cuando aparece el sentimiento
no significan nada las palabras”
Pia Juul
La ciudad
tiene una relación enfermiza con el ruido; es imposible escuchar mi voz sin
llantos, motores, música estridente o ladridos. Aquí, en medio del caos sonoro,
logré escuchar el murmullo de las imágenes de Pia Juul.
Sus versos
recrearon mi realidad, la inerte realidad que contemplaba. A través de una
lectura fluida y precisa encontré dos elementos concurriendo delicadamente: su
melancolía y su sensibilidad. Además, de la firmeza de su voz femenina capaz de
emplazar la identidad cimentada y reinterpretarla.
Advertí
que tiene tal manejo del lenguaje que me ofrece una visión ininterrumpida de
los sucesos, como la vida misma que no tiene principio ni fin. Discurre en
escenarios opacos; lo hace con lentitud y profundidad, lo cual, me permitió la
empatía que solo un humano auténtico puede transmitir.
Consumada
modernista, Juul ha trabajado con la escritura fragmentaria, quebrada a
propósito, a menudo desprovista de puntuación, con una particular manera de
enlazar las imágenes al tiempo que deja que sea el lector que asocie y
estructure el discurso. Su temática ha sido siempre el individuo femenino
enfrentado al mundo de las sensaciones, de los climas emocionales, del ensueño.
Una escritura experimental que se maneja a menudo en base a paradojas. Las
palabras flotan a menudo libres en el poema y la ausencia de mayúsculas nos
permite la lectura personal de sus imágenes. Muchas veces es el el ritmo lo que nos envuelve, y los
significados cobran menos importancia. En esto, su escritura recuerda a los
poetas surrealistas y experimentales de principios del siglo XX.
Dije,
digo es poesía en efervescencia. Leer a Pia Juul implica una conmoción distinta
a la que estamos acostumbrados, representa una experiencia nueva para los
sentidos y el pensamiento.
Rebeca
Henríquez
Poeta Salvadoreña
Selección de Poemas de "Dije, Digo" de Pia Juul
*
Me vuelvo
un instante, pero
un instante
después
todo ha desaparecido
Me vuelvo otra vez
pero solo lo creo
No se puede volver
a ver
lo que sea
lo que un hombre
sabio
ha constatado hace
mucho, sobre un
río,
pero esto,
la vida
floreciente con
Niños ruborosos
perforados por un
hilo entre los labios
La canción que se
inclinan a cantar
Un instante,
regreso
volveré pronto
Las piedras
arrojan
las sombras más
singularmente largas
sobre la costa
El agua sobre las
piedras
brilla al sol
y el sol se pone
*
Íbamos a escribir
la primera página de una novela.
Con la cual
nuestras miradas verían en ella
la misma historia.
Juntos iríamos para alcanzarla.
En el tren iríamos
sin aliento
cabeceando y
agitados de un lado a otro junto a
manteles
manchados, migajas, un menú sucio,
con el resabio en
la boca, afuera
el otoño, vista
sobre ríos que confluyen.
Nos miramos a
través de copas doradas.
Lo logramos. ¿Qué
logramos?
Una mano sagrada
se alza sobre nosotros, ¿podemos
estar satisfechos
con esto?
Con un sutil
movimiento, la sonrisa torcida,
con silbido
gracioso reclamas algo
de mal modo, y te
prometemos que lo tendrás.
Así debería ser
siempre todo, aunque por supuesto
nunca fue así:
Caminaríamos por
todas las capitales
de Europa, una por
una,
y alcanzaríamos
los trenes de todos los viajes
de este, el mismo
modo:
en el último
instante, jadeantes, riéndonos
*
Miro al cielo
mientras ellos
duermen, sé que
duermen, noto
que duermen en la
oscuridad, pero
el cielo
empalidece, apenas miro
hacia arriba, y el
sol quiere salir
y las nubes
dispersarse
Entonces ellos
despertarán, y yo quiero
yacer de espaldas
y mirar
al techo que es
tan denso y
el tejado es denso
y yo soy un árbol
Una cuña está
encajada
en el tronco,
misteriosamente, frío
y gastado metal
que penetra en la corteza
y la corta
Pero aunque yo
quisiese
no me agrieto
Me cierro de golpe
y me abriré tal
vez
seguramente solo
otra vez
a un hacha
Autora: Pia Juul
Traductor: Roberto Mascaró
Prólogo: Rebeca Henríquez
Colección: EDDA #4
Arte exterior: Vic Interiano
ISBN: 978-0-692-40921-3
Fecha de publicación: Abril 2015
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